He aquí la historia de un rey que tenía de todo, absolutamente de todo... (Claro, como era rey ...). A pesar de todo, ¡se aburría! Todo el mundo se preguntaba: "¿Cómo es posible?" Iba arriba y abajo del castillo como un alma en pena, por lo que sus súbditos se pusieron de acuerdo y le hicieron un regalo que seguro lo tendría distraído todo el día: ¡una tele! ¡Pero, no, tampoco! (Claro, si normalmente ya se aburría... ¡Imaginaos frente a una tele!)
Un día, mirando por la ventana de su palacio, se fijó en un chiquillo, un pelagatos a su entender, que tenía una sonrisa de oreja a oreja mientras observaba un objeto extraño. Lo hizo detener y, a partir de ahí, aquel chiquillo pelagatos, historia tras historia, enseñó al rey a desplegar la imaginación y a descubrir otro mundo, lleno de fantasía, emociones y sabiduría.
Actividad recomendada a partir de 4 años
Idioma: catalán
Condiciones: